Primo processo
a Milagro Sala: la sentenza - Matilde Mirabella (*)
Il 16 gennaio prossimo sarà
passato il primo anno di detenzione illegale di Milagro Sala nel carcere di
Alto Comedero, a Jujuy, in Argentina. Milagro è la leader dell’associazione
Tupac Amaru, modello di organizzazione sociale grazie al cui lavoro migliaia di
persone in condizioni di povertà hanno potuto ottenere condizioni di vita più
dignitose. In seguito a una protesta pacifica contro il governatore di Jujuy,
Gerardo Morales, un anno fa Milagro è stata arrestata ed
è stata poi denunciata per diversi reati. Il primo dei processi a suo carico è
stato discusso in questi giorni: il pubblico ministero aveva chiesto una pena
di tre anni per l’escrache (forma
di denuncia pubblica attraverso affissione di locandine e distribuzione di
volantini; gergalmente significa “sputtanamento”) realizzato nel 2009 ai danni
dell’allora senatore Gerardo Morales.
I giudici hanno deciso il non
luogo a procedere per il reato di minaccia, considerato prescritto, ma l’hanno
condannata a 3 anni con pena sospesa per il reato di danno aggravato in qualità
di istigatrice. Graciela López y Ramón Salvatierra, imputati insieme a Milagro,
sono stati condannati, in quanto autori materiali dell’aggressione a Morales,
rispettivamente a 3 e 2 anni di prigione con pena sospesa. I tre dovranno
inoltre eseguire tre ore di lavoro settimanale presso una comunità della Caritas.
Il commento di Milagro: “sento
molto dolore per l’ingiustizia che stiamo vivendo, perché non abbiamo rubato
nulla, abbiamo lavorato per dare dignità a migliaia di compagni. Dare dignità a
chi ha di meno mi ha portato a sedere su questa sedia”.
La difesa si prepara all’appello.
(*) tratto da Pressenza 28 dicembre 2016
QUI
si capisce tutto in 2 minuti
QUI qualche articolo, per chi ancora non conosce Milagro Sala
El dia de los inocentes - Baltasar Garzón*
A punto de hacer un año que Milagro Sala fuera detenida,
que sobre ella pese una acumulación de cargos y se encuentre en una situación
de privación de libertad que me hace sonrojar como profesional de la justicia,
el Tribunal Oral Federal de Jujuy, Argentina, donde se ve su proceso, ha
decidido que hasta el 28 de diciembre no se leerá la sentencia por la actual
causa juzgada, la supuesta organización de un escrache contra el gobernador
Morales.
El 28 de diciembre coincide en
España con la celebración del Día de los Inocentes, en conmemoración de
aquellos cientos de niños, apenas recién nacidos, que la historia bíblica
relata que Herodes mandó matar para evitar que alguno de ellos fuera el
esperado Mesías y acabara con su reinado.
No puedo evitar el paralelismo de
esa orden injusta y criminal con esta acción de la justicia argentina de la
mano ¡ay! como parece evidenciarse, del poder político que contraviene la
sensatez, el espíritu de la ley y hace temer por la independencia judicial y
por ende por los derechos de los ciudadanos de ese país.
Pase lo que pase el 28, el daño a
la causa de la justicia ya está hecho. Lo más grave es que se consiente esta
situación por un sector de la judicatura, de la política y de la sociedad, sin
más argumentos que la parcialidad y el sectarismo contra quien ha defendido
valores democráticos de una forma decidida y honesta, como Milagro Sala.
El modo en que fue detenida a
petición de la Fiscalía tras un primer rechazo del juez; la propia detención el
16 de enero de este año con un importante despliegue policial para “capturarla”
en su casa, las excusas para rechazar el habeas corpus solicitado...
antecedentes que culminan con la orden de excarcelación del juez el 29 de enero
automáticamente anulada por un nuevo arresto basado en defraudación, extorsión
y asociación ilícita, demuestran la contaminación insubsanable de cualquier
acción contra Milagro, transformándose en una auténtica persecución
política.
Leo, con perplejidad, esta
relación de acontecimientos no en una crónica periodística sino en un documento
de redacción irrefutable por su rigurosa documentación.
Me refiero a la opinión aprobada
por el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias que ha dedicado tiempo,
indagaciones y reflexión a este caso para concluir primero en marzo con un
llamamiento urgente al Gobierno del presidente Mauricio Macri para la puesta en
libertad de la detenida o, en caso contrario, presente una justificación por
escrito.
Ya en octubre, el organismo de
Naciones Unidas reclamó la liberación inmediata de Milagro Sala.
Esta resolución, es de valor
imperativo para Argentina, derivado de la Carta de San Francisco de 26 de junio
de 1945 (artículos 1, 56, 103) y de la Resolución 60/251 de la Asamblea General
por la que se aprobó la creación el Consejo de Derechos Humanos.
La sumisión expresa o tácita de
los Estados a los procedimientos de control de derechos humanos como el GTDA
(Argentina votó a favor de aquella Resolución) imponen el deber de cumplir, sin
excusa alguna. En caso contrario, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU
tendrá que adoptar algún tipo de decisión que el ejecutivo se vea obligado a
asumir.
Sin embargo, impertérrito, el
presidente Macri desoye estas voces y estas normas, al igual que no le han
hecho mella las denuncias, peticiones y reclamaciones de organismos
internacionales, de entidades de Derechos Humanos de todo el mundo, de
académicos, de investigadores, de juristas, del Primer Ministro de Canadá, de
Amnistía Internacional, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos o del
propio secretario general de la OEA, que mediante un escrito abogaba por
la inmediata liberación.
En el entreacto, un proceso a
medida contra Milagro Sala, en el que aparecen una serie de jueces situados ad
hoc, e incluso la posibilidad de remoción de un juez y un fiscal que no parecen
encajar en lo que dicta la voluntad política y una esperpéntica propuesta de
ley sobre la libertad o no de quien, a estas alturas, es claramente la víctima
de todo este despropósito.
¿Y todo esto para qué? ¿Por qué
es merecedora de tanta atención y de tan severo castigo esta mujer? Su delito
parece ser tremendo: Organizar a los excluidos, buscar herramientas para que
trabajaran y vivieran dignamente, aprovechar la oportunidad que el Gobierno de
Kirchner facilitó para cambiar una vida de miseria por una vida digna a miles
de personas. Y lo digo con conocimiento de causa, porque he estado allí, he
hablado con los afectados, he comprobado que se sentían protagonistas de su
propia historia, sin trampas, sin mentiras.
Y eso es muy peligroso. Una vez
eliminada la Presidenta e incluso cuestionada legalmente, Macri, en su
objetivo de enterrar todos aquellos avances y libertades duramente obtenidos
por el pueblo argentino en los últimos doce años, puso en la mira las
cooperativas de Tupac Amaru, 15.000 cooperativistas de los cuales sólo un
tercio se relaciona con la organización. Me dicen que al día de hoy se están
desmantelando instalaciones y actividades.
A esa iniciativa de indudable
importancia por la cohesión y fuerza social que implica, hay que sumar que
Milagro Sala fundó el partido de la Soberanía Popular. Fue en 2012 y un año
después ya contaba con cien mil afiliados. No, el Gobierno de Macri tiene claro
el riesgo que suponen Sala y sus acciones.
Como también siente ese miedo el
gobernador Morales, incapaz de defender políticamente lo que reprocha a
aquélla.
La imputada se presentó, apenas
hace unos días, ante el tribunal, por la acusación de haber intervenido en una
manifestación contra el gobernador Morales en 2009 cuando era senador. Pese a
que esté demostrado que no se encontraba presente, los magistrados consideran
que protagonizaba la organización del escrache. Por ese motivo la juzgan por
amenazas coactivas, con una pena duplicada de cuatro años. Además de las dos
acusaciones de instigar a cometer delitos y tumulto en concurso real, tras su
detención, en plena orgía jurídica, se añadieron dos nuevos cargos, acción de
amenazas ante supuestos altercados con la policía y asociación ilícita
referidos a la gestión de recursos del Estado. Acusación esta última del propio
Morales que refiere que faltan 29 millones de pesos, habla de obras sin
realizar y demás temas económicos.
Mientras la vista se celebraba,
en la calle la policía reprimía de forma contundente a dirigentes del Frente
para la Victoria que deseaban acompañar a Sala. En fin, un espectáculo que
escenifica el descrédito evidente de la acción de la justicia.
Ella dijo ser víctima de una
persecución política, afirmación que a todas luces tiene indicios de ser
correcta y añadió algo más sobre tal escrache, que también creo, porque la
conozco: “Si lo hubiera organizado habría estado al frente”. Percibe por tanto
su situación con claridad y así lo ha expresado de forma irónica dirigiéndose a
su principal acusador: “Le pido perdón a Gerardo Morales por ser negra y coya
(indígena)”.
Entre tanto, frente a la presión
internacional y el malestar de muchos ciudadanos argentinos Macri se remite a
la acción de los tribunales. Pero en el fondo no puede estar tranquilo.
Lo quiera o no Argentina tiene la obligación de cumplir las resoluciones
del Grupo de Trabajo de la ONU. Olvida este dirigente el aserto que sabiamente
expusiera el canciller alemán Willy Brandt: “abrir la puerta a la primera
injusticia es hacerlo a todas las que le siguen”
Nunca dejará de maravillarme esa
política del avestruz de la que hacen gala algunos mandatarios de obviar lo
evidente.
En este caso no querer ver el
ejemplo de politización de la justicia que está dando Argentina; el tremendo
error que se ha cometido al seguir ese camino y la esclerosis de un sistema que
permite el control político del sistema judicial.
Y ello sin que levante ampollas
en un país en el que la consolidación de los derechos humanos era una realidad
y que ahora, por beneficios oscuros e ideologías que confunden la defensa de
los ciudadanos con los intereses propios, conducen al descrédito y al
señalamiento internacional.
Escribió el historiador Flavio
Josefo que Herodes, el supuesto autor de la matanza de los inocentes,
estaba tan preocupado porque no se llorase su muerte, que dio orden de que en
el momento de su fallecimiento se ejecutase a un colectivo de hombres ilustres
para asegurarse así que en aquella hora fatídica hubiera muestras de auténtico
dolor.
La disposición no se cumplió y
nadie se lamentó en el funeral del monarca. La historia enseña pues que ése es
el destino de aquellos gobernantes que no miran por su pueblo.
* Magistrado juez
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